viernes, 17 de febrero de 2012

Capítulo 2


Los muchachos se encontraban en una mesa, como les decía, pero no de forma normal. 
Podía avistar un pequeño pedazo de cabello castaño y despeinado sobresalir por uno de los costados, ya que al parecer, el chico se había tumbado a descansar sobre algunas sillas juntas, haciéndole de cama. Otro tenía los pies sobre la mesa, sus codos flexionados con las manos tras la cabeza y se balanceaba ligeramente. Tenía aspecto algo serio, pero era muy bonito. Solo uno estaba sentado correctamente, aquel hombre que era mayor que todos ello. Tenía algunos mechones alborotados en su pelo castaño oscuro y miraba el infinito con sus ojos color canela, como perdido en el espacio… Por último, (y no menos interesante) se hallaba un muchacho apoyado en una silla algo apartada de la mesa. Estaba de perfil y su cabello color marrón chocolate le tapaban un poco la cara, en la que tenía puesta una sonrisa. Miraba fijamente hacia el suelo algo concentrado, lo que me causó gracia. De improviso, soltó una carcajada y levantó la cabeza. Sus ojos eran de un profundo color miel, que depende de la luz, también se veían algo canela. Una sonrisa se formó en su rostro y un tintineo alegre asomó en sus pupilas.
-¿Cuál es la broma, Paulie?-preguntó John sonriente, haciendo que toda la atención recaiga sobre  nosotros.
-¿Paulie? –le pregunté, desconcertada. El chico de ojos canela se fijó en mí y sonrió. “Paulie” se levantó de su asiento y me tomó la mano, se arrodilló y depositó un suave beso sobre mi piel. Después me miró, clavando sus ojos en los míos. El chico que se había incorporado en sus sillas, profirió una carcajada.
-Mi nombre es Paul James McCartney ¿Me concederías el honor de saber el tuyo?
Me quedé observándolo estupefacta. Sinceramente, no era de las chicas que les gustan las demostraciones de afecto en público, y el muchacho me resultaba desconcertante. Sin embargo, también me causó gracia. Nadie nos prestaba atención, por suerte.   
-Emm, ¿John?- este volvió sus ojos hacia mí- ¿Por qué tienes un amigo que alucina? Esta como recién salido de un cuento de princesas o algo así.
Los muchachos comenzaron a reír, y las mejillas de Paul adquirieron un tono rojizo. Se levantó de inmediato y fingió un repentino interés por quitar el polvo de sus rodillas.
-Definitivamente me caes bien. –Dijo el chico que se encontraba cómodo en una silla, levantándose, y estrechando mi mano en forma de saludo.- Richard Starkey, a tus órdenes.
-Que genial nombre, Ringo. –Le sonreí- Yo me llamo Miranda Kane, pero no estoy a tus órdenes.
Otra vez comenzaron a reír y John me tomó de la cintura.
-Ya basta, o dejarás en ridículo a todos para antes de que acabe la noche.- me reí- Él es Brian Epstein, nuestro manager –dijo dirigiéndose al hombre que continuaba sentado- y él… George Harrison.- por primera vez reparé en sus profundos ojos oscuros. –Es tu fan -agregó John por lo bajo, pero de todos modos se escuchó. El muchacho se puso colorado.
-Bueno… este yo… realmente vi todas tus películas Miranda… -su acento era extraño, algo marcado, pero peculiar.- Son geniales.   
-¡Muchísimas gracias! En realidad, no disfruto mucho hablar de mis películas… ya me siento en el trabajo. –les sonreí. Los chicos me habían caído bastante bien, por lo menos me servían para distraerme de ese mundo interior en el que solo encontraba fastidio y tristeza.
-Hey. Se me ha ocurrido una idea. ¿Por qué no salimos de esta fiesta aburrida y nos vamos a hacer otra cosa?- John preguntó.
Paul se le acercó, le tomó fuerte de la cabeza y le plantó un sonoro beso en el cabello. Todos nos reímos ante la exageración.
-Es por estas ideas brillantes que te quiero tanto. –dijo, y se quedó apoyado en su hombro luego de alborotarle el cabello- ¿Cómo qué se les ocurre que podríamos hacer?  
-Mi departamento no está muy lejos-solté sin pensar- Si quieren podríamos ver unas películas y comer palomitas.
Los cinco chicos se me quedaron viendo, incluso John.
-Películas y palomitas… suena grandioso-comentó George. Yo le sonreí y él hizo lo mismo.-tanta fiesta me tiene cansado. 
-Entonces es un hecho. Voy por mis cosas.
Me di la vuelta y comencé a caminar hacia mi lugar. Escuché la voz de Richard, que decía algo como “Respira George, todo irá bien”. Me reí para mis adentros. Sería una noche interesante después de todo…  

2 comentarios:

  1. AAAJAJAJA me encantooo!! Qué buena onda los chicos
    Paul, un principito. Qué educado xD
    George re fan de Miranda ajajajajajaja
    Juli, sos mi escritora numba 1 :epiccry:

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  2. ¡Ay, mierda! Estoy comenzando a leer esta novela y la améeeee. ¡Está de lo mejor! :D

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