domingo, 19 de febrero de 2012

Capítulo 11

Presente, Estados Unidos.

-Por supuesto, tu adelántate que nosotras te seguimos. –el apagó lo poco que quedaba de su cigarro consumido y se dio la vuelta. Sofi se dirigió a mí.
-Te juro que casi me desmayo cuando los vi a los dos ¿Cómo haré cuando vea a John y Paul?
-Relájate, estarás bien.  –le aseguré, luego nos apresuramos para alcanzar a Ringo.

En cuanto volvimos a traspasar el umbral, me di cuenta de que el calor me abrumaba bastante. Fue como recibir una bofetada de aire caliente de lleno en el rostro. Procuré que no se me notara y continué caminado junto a Sofia. Nos abrimos paso entre los cuerpos danzantes y Ringo se dirigió a la planta de arriba.
Luces de diferentes colores iluminaban el lugar que estaba repleto de mesas con sillones en los cuales sentarse. La música, si bien se escuchaba, no estaba tan alta y era posible mantener una conversación sin tener que gritar. El aspecto malo: hacía mucho calor.
Nos acercamos a unos silloncitos donde se encontraban cuatro personas.  A John lo identifiqué enseguida, supuse que el otro chico era Paul y el hombre Brian, quien los acompañaba a todos lados asegurándose de que no cometieran alguna estupidez frente a la prensa. Pero no tenía ni la más remota idea de quién era la chica sentada  a su lado. Sentí que Sofi me apretaba fuerte la mano y yo le devolví el gesto para infundirle confianza. A penas llegamos, el baterista se tumbó en uno de los asientos libres; John se puso de pie y me estrujó entre sus brazos, provocando que soltara a mi amiga; Paul sonrió complacido de verme y Brian… bueno, sus ojos saltaban de mí a Sofi y de vuelta, como sin decidirse a quién saludar.
-¡Me as-fi-xias Lennon! – dije de forma entrecortada, intentando respirar. Mi amigo se dio cuenta y me soltó, algo apenado.
-Lo siento, no era la intención. ¿Cómo has estado?
-Ehhh, bien… creo.-respondí algo insegura- nos vimos ayer de todos modos.
-Oh, sí. Eso es cierto-repuso él- es que no me acostumbro a verte tan seguido- eso me hizo sonreír. Pasé mi vista por los presentes restantes y me dediqué a saludarlos. El manager se puso de pie enseguida así que me dirigí hacia él.
-¡Brian! –le sonreí.
-¡Miranda!-me correspondió. Me plantó un beso en cada mejilla, a lo europeo. Yo me reí porque estaba un poco perdida con el saludo.
-¿Qué tal todo Paul?-le pregunté al bajista alegre que todavía estaba en el sofá.
-De maravilla. –Comentó él- esta fiesta es asombrosa. –luego me guiñó un ojo.
La situación me superó por unos momentos, pero como buena actriz que era, no dejé que se me notara. Es solo que estaba harta de los chicos que trataban de conquistarme con muecas sosas como un guiñe. Me había gustado el Paul que fue a mi casa, aquel que me sostuvo cuando me caí y le silbó a mi televisor. Pero ese chico… cuando se ponía “galán” simplemente no me cerraba y me frustraba que fuera tan cambiante.
-Sí, sí que lo es. –le respondí. Después me dirigí a la única persona que me quedaba por saludar, la chica.
El cabello era castaño oscuro y lacio, pero se aclaraba y ondulaba hacia las puntas. Enmarcaba un rostro dulce, donde se plasmaba una sonrisa que daba la impresión de nunca desaparecer. Los ojos le brillaban y estaban enmarcados por unas pestañas bien largas y arqueadas -¿Por  qué las tenía todo el mundo menos yo?- y a juzgar por la postura, no era demasiado alta, pero todas las mujeres arreglábamos ese detalle con tacones. Si no, ¿Por qué abrían de existir?
La miré y enseguida me cayó bien, me hizo recordar a alguien, pero no podía definir del todo a quién.
-Miranda, mucho gusto-me presenté al tiempo que ella se paraba y me sujetaba la mano en forma de saludo.
-Devinder-comentó risueña.-Pero prefiero Debbie
-Te diría que puedes llamarme Randi, pero en realidad no lo prefiero- la muchacha se echó a reír y entonces me acordé de Sofi. Mi amiga continuaba medio apartada mirándonos con los ojos abiertos como platos. Parecía hipnotizada.-Oh, ¿Me disculpas un momento? Enseguida regreso.
-Sí, por supuesto.
Me acerqué a la castaña, la agarré por la muñeca e intenté arrástrala hasta los sillones, pero Sofi parecía clavaba al suelo. 
-¡Ya vamos!-gruñí por el esfuerzo- ¿No eras tú la que se moría por verlos?-inquirí, molesta.
-No puedo, Randi, No puedo hacerlo- dijo ella entre balbuceos y con la vista todavía fija en los demás.
-Claro que puedes-entonces tiré más fuerte y la acerqué con fuerza, de apoco, hacia el resto de los chicos. Una vez que logré que llegáramos, la paré frente  a los demás y la presenté.
-Chicos, Debbie. –Anuncié- Ella es Sofi, mi mejor amiga.
Vi que los ojos de todos se posaban en ella y sonreían. Noté que a John se le iba un poco la visión, bueno, no lo culpo. Mi amiga estaba realmente… provocadora.
-Un placer-saludó Paul, pero no con el mismo tono que utilizaba conmigo. Y luego le sonrió. Sentí que las piernas le fallaban y agradecí al cielo que Ringo estuviera cerca y poseyera reflejos rápidos.
En cuanto Sofia se precipitó contra el suelo, el baterista se agachó y fue capaz de tomarla entre sus brazos. Los demás soltaron una exclamación de asombro, los que estaban sentados se pusieron de pie. <<Dios, no creí que enserio se desmayaría>> dije para mis adentros.
Me agaché a su lado y comencé a darle pequeñas palmadas en el rostro para ver si despertaba. Todavía tendida en los brazos de su baterista preferido, lástima que estuviera inconsciente.
Poco a poco abrió los ojos. Supuse que la primera imagen que se formaría en su retina sería el rostro preocupado de Ringo  y crucé los dedos para que no volviera a desmayarse. No lo hizo. La ayudé a incorporarse en el suelo.
-¿Está bien?-preguntó la chica… Debbie.
-Eh sí, gracias.
-De seguro fue por el calor-comentó Paul, para animarla.
<<No, fue porque Ringo y tu le sonrieron al mismo tiempo>> Contesté en mi cabeza.
-Voy a buscarle algo de tomar-dijo John.
Nadie se lo impidió, Sofia seguía sentada el piso, confusa. El petiso de ojos claros le tendió la mano y la ayudó a incorporarse, Paul hizo lo propio conmigo. Todos nos pusimos de acuerdo en que ella tenía que sentarse un rato y quedó ubicada en el sillón entre baby face y narigón de ojos claros.
Yo me apoyé a lado de Brian, y ya que estaba, le pregunté por lo bajo.
-¿Quién es Debbie?
-Oh, solo la hermana pequeña de George. -¡George! A él me hacía acordar, que tonta. ¿Cómo no me había dado cuenta antes?
-Hey, ¿Alguno sabe dónde se encuentra Harrison?-preguntó John, quien apareció con bebidas para todos, lindo gesto de su parte.
-Mary Johnson se lo llevó a bailar-comentó el baterista, como si nada.
Me reí ante la cara de estupefacción que adoptaron los otros tres. Debbie y Sofi unieron a mí.

3 comentarios:

  1. *O* He aparecido yo, y y y y y y soy famosa xd
    ldgkdsfdsñññslfñd.
    Me encanta :3 sigue publicando >:c
    Quiero pedirte un favor, de unicornio a unicornio (? Alisame el pelo D: Odio los rulos >:c
    Hazlo porque Elmo sabe donde vives y no anda en sus mejores dias (?

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  2. Sisisisisisisisisiss jajajajaja ya estoy mal... ahora soy tan Feliz qe ire a subir cap!!!!! :D me encantaa tu fic!

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  3. Oh si bitches xD AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH Goooodd Me encantaaaa ajajajaja está perfectoo
    El desmayo no sería la peor reacción... x) Bueno, veremos qué pasa muuaaahahahahaha Richaaarrd xB god god god god :DDDDDDD

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