lunes, 27 de febrero de 2012

Capítulo 18

Un año y medio en el futuro, Londres.

<<Vamos, Paul, tú puedes hacerlo, solo aprieta el botón>>
Me encontraba tumbado en la cama, tenía mi teléfono móvil asido con fuerza por ambas manos. Lo levantaba a unos treinta o cuarenta centímetros de mi cabeza. En la pantalla podía leerse solo un nombre: Angie.
Tenía el pulgar sobre la tecla verde, pero no atinaba a presionar. Sentía que las palmas me sudaban y los brazos comenzaban a acalambrarse debido a la posición incómoda que había adoptado. 
Todo el tiempo había creído que sería fácil. Es decir, “¡Hola! ¿Cómo te encuentras? Es Paul McCartney, me preguntaba si saldrías conmigo…”; luego ella diría “sí, encantada” y fin de la cuestión. Un plan simple, con un diálogo fácil, pero ni siquiera era capaz  de pulsar el botón.
Desde aquel almuerzo ya habían pasado… ¿Qué, una semana, nueve días? No podría decirlo con exactitud. Lo que sí tenía bien claro era que me había acobardado. Es decir, ni siquiera intenté establecer contacto. Al principio me melancolicé con el tema de Miranda, después tan solo ponía trabas inútiles. Lo más probable fuera que en serio era la primera vez en un año que quería esforzarme por una chica. Me refiero a que, probé coquetear con algunas fanáticas, pero ese era el problema. Ellas jamás me dirían que no, porque en serio me querían. Bueno, a menos que se interesaran por algún otro miembro, en cuyo caso me pondría demasiado celoso…
Lo había hecho otra vez, de nuevo me había ido de tema. Giré en la cama hasta apoyar el teléfono y las manos en la almohada y los codos en el colchón.
-¡Deja de moverte, Paulie! Algunas personas normales intentamos dormir. –era Ringo, por lo general se trata de un chico muy paciente, pero digamos en su favor que estábamos de gira. En una hora más o menos llegaríamos con el bus a la estación, y entonces no tendríamos ocasión de dormir hasta después del concierto, en la noche. Por ello, si fuera una persona sensata, estaría durmiendo, o intentando, al igual que Ringo. Podría roncar como John o hablar en sueños como George, pero en vez de eso, no paraba de dar vueltas y más vueltas, tanto en la cama como en mi cabeza y había logrado molestar a Ringo, quien había tenido la mala fortuna de elegir su lugar bajo el mío.
Procuré quedarme quieto por un rato. Eran las nueve de la mañana, momento perfecto para llamar a Angie. Y las dudas volvían a mí. ¿Qué tal si no le caía bien? ¿Me reconocería? ¿Sería demasiado temprano? ¿Y si ni siquiera se molestaba en atender? No podía dar por seguro que me quería. Estas cosas no me pasaban desde… ¡Ya qué! Desde Miranda.  
Solté un bufido, me dolía la cabeza. Necesitaba dejar de pensar por  un tiempo. Podría escuchar algo de música, pero despertaría a los demás. Deseaba por sobre todo estar en el escenario y desahogar mi frustración con un maravilloso concierto. Por lo menos eso se me daba bien.  La verdad, cuando estaba en casa celebrando el año nuevo, no me apetecía irme de gira. Parecía demasiado trabajo… y al final resulto sentarme increíblemente bien.  Conectar directamente con el público, sentir sus gritos y cómo cantan nuestras canciones. Increíble. Impresión única. Además, las canciones del nuevo álbum eran grandiosas. De igual manera cantábamos algunas como “I saw here standing there”  “Love me do”.  Tenía el presentimiento de que el 1965 sería un buen año. -Oh, sí. Ya que estoy haciendo tiempo para evitar la parte en la que hablo con Angie. Volviendo a lo importante, estaba física y mentalmente muy cansado, asique accidentalmente dejé que mi cabeza cayera con fuerza sobre la almohada. Mi frente le dio a mi pulgar y sin planearlo, estaba llamando a esa linda chica de nombre Angie.
Me levanté bruscamente y me senté en la cama.
-¡McCartney! –se hoyó a Ringo protestar, otra vez.
-¡Lo siento! no volverá a pasar-le respondí en susurros.
Sentí que el corazón se me aceleraba a medida que escuchaba los “tuu, tuu” del teléfono. Lo tenía fuertemente pegado a mi oreja. Una… dos… tres… cuatro veces. Comencé a soltar el aire que no sabía estaba conteniendo, ella no atendería.
-¿Hola? –Una voz femenina un poco adormilada se coló en mi cerebro. Yo no atinaba a responder y para colmo, no podía hacer ruido alguno sin molestar a los demás. -¿Hay alguien ahí?
Al fin logré entrar en acción. Me bajé de la cama de un salto, aterrizando justo al lado de la cabeza de Ringo. El muchacho abrió un ojo bastante rojo debido al cansancio y me fulminó con él. “discúlpame” articule con los labios.
-¡¿Hola?!
¡Mierda! ¡Debía darme prisa!
Atravesé veloz el pasillo y me colé a la parte en la que desayunábamos. La luz cálida e intensa del sol hizo que los ojos me picaran. Como era de suponer, el sector “sueño” estaba completamente a oscuras.
-Sí, disculpa-empecé, pero ella me interrumpió.
-¿Quién habla? –preguntó, cautelosa.
-Ehh- titubear así al teléfono no estaba bien ¿Qué estaba pasando conmigo? De repente, mi vista se posó en una fotografía de una batería que se hallaba pegado en la pared- Ringo Starr.-respondí.
¡¿Qué?! ¡¿Se puede ser más idiota?! ¡Paul! ¡Paul McCartney era yo, no Ringo!  
Silencio, eso era lo único que se escuchaba del otro lado.
-Bueno…-ahora la que parecía nerviosa era ella, solo que comparada conmigo, eso no era nada. Yo estaba que me arrancaba la cabellera, pelo por pelo- Sofi no está conmigo, pero si quieres puedo dejarle un mensaje.- Y ahí estaba, otra vez esa voz que me recordaba a la de George por su acento tan marcado, aunque claro, siendo inglés también yo, no distinguía del todo bien nuestros acentos. -¿Ringo?
-Sí, muchas gracias-respondí hablando más grueso de lo normal y haciendo una patética imitación del tono del baterista. Agradecí al cielo que nadie estuviera filmándome en esos momentos.
-¿Y bien? –Preguntó ella con urgencia, como si se muriera de ganas de cortar- ¿Qué es lo que quieres que le diga?
-Yo…- <<Piensa, Paul, piensa>>- solo dile que la extraño y que… le compuse una canción. –si bueno, eso no era lo que se dice un comentario inteligente. Ahora Starr me re-mataría cuando se enterase de que debe escribirle a su novia otra canción; y digo “re” porque yo ya me habría suicidado a causa de esta conversación tan patética.  
-Esta bien…-comenzó insegura, luego se puso firme- y no es por ofenderte ni nada, pero recuerda a mi querida amiga que detesto que pase mi número de teléfono. Ella ya sabe que desapruebo a los miembros de bandas contemporáneos. –Auch! Eso era ser mala, pobre de Ringo, digo, de mí. Esperen, yo también aplicaba a ese concepto, ¿Verdad?
-Ouo. Calma. –la frené, ahora que ya había empezado –o de alguna forma retorcida, mi amigo lo había hecho- no quería perder a esta chica- ¿Qué quieres decir con eso de “desapruebo a los miembros de bandas contemporáneos”? –se hoyó un bufido.
-Déjalo, no importa. Yo le paso tu mensaje a Sofi. –y con eso se escuchó un clik y se cortó la llamada.
Me acerqué a uno de los asientos y me derrumbé en él. Apoye los codos sobre la reluciente superficie de madera y hundí mi rostro entre mis manos. Comenzando a fregarlo exasperadamente.  Había sido la peor conversación telefónica de la historia. Horrible. ¿Por qué había intentado llamarla siquiera? Y lo peor era que, conociéndome, no me rendiría hasta conocerla; porque había algo en esa chica que me resultaba especial, casi tan emocionante como recuperar aquello que creía perdido. Además, si existía algo que odiaba hacer, era dejar cosas inconclusas.
Sentí movimiento a mi alrededor y abrí los ojos. Dejé que mis manos cayeran en la mesa. A unos metros de mí había una  linda muchacha. Tenía el pelo castaño algo rizado, era más largo de lo que en realidad aparentaba. Poseía unas pestañas largas y ojos color café. Era morena. Nuestra maquilladora, Isa.
No entendía muy bien por qué el personal viajaba en el mismo bus, ni siquiera comprendía que tuviéramos maquilladora personal, pero ahí estaba ella. Dirigí la vista hacia otro lado. George nos tenía prohibido mirarla, o más bien a mí, dado que los otros dos estaban muy enamorados con sus respectivas novias, aunque últimamente no le interesaba en lo más mínimo ya que andaba muy enamorado de Marianne. Asique mi rostro volvió directo a mis manos, e increíblemente, al poco rato,  me quedé dormido. 

1 comentario:

  1. :D ggguuaaaauuu.... OTRA! OTRA!(ah re, burro xD)
    Wwwaaaaa hermana, te tiraste flojo capítulo (?)
    AAAAAAAAAAHHH cómo reí!! Por diooos!! xD "Ringo" ajajajajajaja Que Paul hable con Angie de una vez!! :3
    Ringo me va a tener que componer una canción >:D ahahahahaha
    Me encanta Julii!! masmasmasmasmasamsamsasasasas

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