viernes, 24 de febrero de 2012

Capítulo 16

Un año y medio en el futuro, Londres.

La casa de los padres de Chio quedaba a las afueras de la ciudad. Era realmente bonita. Tenía una galería extensa con columnas blancas y techo de tejas. A Olivia y a mí siempre nos había parecido grande para tres personas, pero ya saben  lo que dicen, “cada loco con su tema”.
Una vez abierto el portón, entremos el auto y lo dejamos estacionado en la parte trasera, lugar que se había convertido en una especie de estacionamiento con el paso de los años. Apenas abrí la puerta, agradecí lo bien que me había abrigado. Una ráfaga de viento intentó atravesarme, pero yo apenas la sentí. Pose mis pies en el suelo y noté como se hundían entre la nieve blanca, tan propia del invierno inglés.
Comencé una caminata hacia la casa, y una mujer bajita y simpática vino a nuestro encuentro. Tenía el pelo bien corto y una sonrisa pintada en su rostro.
-¡Paul, Querido!-me saludó a penas llegué a su encuentro. Tomó mi cara entre sus manos y me pellizcó la mejilla. Quiero que conste, nadie más que ella tenía permitido ese gesto.
-¡Tía Grace!-la tomé de las manos y le di un beso en cada mejilla-¿Cómo has estado?
-Oh, mejor imposible, muchas gracias. –dijo soltando una carcajada. - ¿Y dónde se encuentra la loca de tu hermana? –preguntó mientras miraba por encima de mi hombro.
-¡Aquí estoy!-respondió Olivia, muy alegre de verla. -¡Y mira a quién te he traído! ¡Tu yerno!- Reprimí una carcajada, no me hacía falta voltearme para saber que las mejillas de mi amigo se habían sonrojado y que mentalmente pedía a gritos ser tragado por la tierra.
-¡John! ¡Dios bendito! ¡Qué bueno que estás aquí!- Grace apartó a mi hermana y fue directo a él para darle un buen abrazo.
-Es todo un placer-dijo con tono medio estrangulado, entre los brazos de la señora.
Decidí continuar y subir los peldaños  de la galería. Empujé la puerta de madera y entré en la casa. Daba directamente al living, el cual estaba dominado por una mesa redonda, tras la cual se alzaba una gran chimenea. En ella habían encendido un fuego muy hogareño que me tranquilizaba con su crepitar. Hacia la derecha había un gran sillón de cuero con una tele enfrentada. En él se hallaba sentado Rafael, mi “tío”, que tenía ese nombre por ser italiano. Me acerqué para saludarlo y él me dio un buen apretón de manos. Ese hombre era de los mejores en el mundo, y siempre me hacía reír que a John le causara pánico.
-¿Y Chio? –curioseé.
-En la cocina, está preparando los últimos detalles para el almuerzo.
-Gracias.
Retrocedí unos pasos y abrí una puerta que estaba cerca del televisor, en el lado contrario había otra que daba a los dormitorios. Ingresé en la cocina y descubrí a mi mejor amiga inclinada sobre una olla que olía francamente delicioso. Le estaba echando algún que otro condimento. La tomé por detrás y la abracé. Ella se sobresaltó.
-¿John?
-ENG, Error. –dije con voz motorizada. Entonces ella se dio la vuelta riendo y me abrazó.
-¡Paul! –yo la tomé por la cintura sintiendo su perfume de cerca.
-Bueeno- dijo una voz a mis espaldas-yo no quisiera interrumpir, pero baby face, ella es MI novia.
-No molestes, Lennon. –dije sin ni siquiera moverme. Chio, en cambio, se soltó de mí riendo, se dirigió hasta John y le plantó un beso en los labios, parándose de puntitas. Yo me giré para ver la escena.
-Awwww, ¡pero qué conmovedor!-dije mientras me quitaba una lágrima falsa del ojo. Ambos comenzaron a reír.
La chica se separó de él. Llevaba puesto un vestido de  invierno calentito de colores tierra que le sentaba muy bien, calzas negras y esos zapatos que parecen de militar. Ni idea de cómo se llaman, soy hombre. Chio pasó a mi lado y tomó una bandeja que contenía un mantel y platos, luego se la colocó a John en las manos.
-Ten, empieza con la mesa, pídele ayuda a Olivia. – me sorprendió que John acatara la orden con tanta facilidad, en casa era mucho más vago. Ella se dio la vuelta y nuestras miradas se encontraron. Entonces entendí, estábamos a punto de una charla. -¿Me acompañas a fuera un momento?-preguntó con voz dulce.
-¿Tengo opción? –Luján, Chio mejor dicho, se lo pensó un momento.
-No.
Yo largué un suspiro y la seguí por la puerta de la cocina, que también daba al gran parque que envolvía la casa. Vagueamos un poco entre la nieve hasta llegar a un banquito de madera. Nos sentamos en él. Oportunamente, una rama le hacía de techo, y no se había mojado. Ella me miró un largo rato.
-¿Cómo te encuentras?-sentí lo cargada de significado que estaba esa simple pregunta.
-¿La verdad?-ella asintió- Destrozado.
-Anoche parecías un poco mejor-comentó- ya sabes, en el bar.
-Sí, intenté distraerme. Nunca funcionaría del todo, pero ya sabes, aunque sea un rato.
-¡Paul!-se sorprendió- eso está muy bien.
-Sí, hasta que llegué a casa y soñé con una avión que se caía en el océano. Yo iba solo en él. –un nudo se formó en mi garganta, se me empañaron los ojos y pestañé varias veces para contener las lágrimas. –No me gustan esas pesadillas, Chio.
Mi amiga no había intentado esconder sus emociones, pude ver cómo lloraba en silencio, tal vez por verme a mí tan afligido. Me tomó entre sus brazos y me apretó bien fuerte, no me lo esperaba y no fui capaz de detener mis lágrimas esta vez.
-Ha pasado todo un año. –logré pronunciar- no sé por qué la extraño de esta forma.
-Fue tu primer amor, uno siempre lo echa de menos,-nos separamos y cada uno penetró en la mirada del otro- sin embargo, eso no quiere decir que sea el único o el que debe durarte toda la vida. Míranos a Johny y a mí, él no es el primer chico del que he estado enamorada, y hoy por hoy, me pasaría la vida entera a su lado.
No creí que fuera a aguantar la conversación mucho más, lo que menos quería hacer hoy era pensar en Miranda, pero el destino parecía decidido a recordármelo minuto a minuto. Me levanté despacio y me sequé lo que quedaba de lágrimas con el dorso de la chaqueta.
-Ya volvamos, deben de estar esperando por nosotros adentro. –Chio asintió y también se limpió el rostro. Tomé aire un par de veces. Cuando noté que mis pulsaciones habían disminuido y que mi respiración había vuelto a la normalidad, empecé a desandar el camino hacia la casa.
 Volví a entrar en la cocina. Grace estaba revolviendo la olla.
-Quítense el abrigo y vayan a la mesa, esto está casi listo. –nosotros la obedecimos sin rechistar. Colgamos nuestras camperas en una percha y nos introducimos en el living otra vez.
Olivia, John y Rafael ya se habían instalado y el televisor estaba volteado como para que se pudiera observar desde la mesa. Los tres parecían mantener una charla que se centraba en el castaño y que este intentaba desviar hacia mi hermana, sin éxito. Al parecer, nuestra presencia les llamó la atención y nos hicieron unas señas para que nos sentemos.
Yo me coloqué entre el tío y Olivia, Chio al lado de Johny, de modo que este quedó encerrado entre las dos chicas y el único asiento libre que quedaba era el de Grace, junto a su marido y su hija. Ella entró en la sala muy sonriente y tomando con dos guantes la gran olla. La dejó sobre una bandeja de madera gruesa para que el fino material de la mesa no se marcara. Le quitó la tapa y el mismo olor exquisito se coló por mi nariz, estofado.
La mujer nos sirvió a cada uno una porción muy generosa. Yo me dediqué a comer mientras la conversación se basaba en mi hermana y sus viajes de fotografía. Ella prometió enseñarles su último álbum antes del postre, porque lo había traído consigo. Después nos tocó a John y a mí hablar sobre la banda, las giras, y lo bien que nos estaba yendo.
En cierto momento, mis ojos se distrajeron con el televisor. Estaba puesto en un canal de noticias muy famoso en mi país. Recordé que mamá lo veía siempre por las noches. No había nada muy interesante, la verdad. Volví mi atención hacia la mesa y descubrí incómodo que todos estaban mirándome. Al parecer, me había perdido una parte que tenía que ver conmigo.
-Perdonen, ¿Qué decían? –me sentí algo estúpiido por no haber escuchado, pero hubiera quedado peor si hubiera fingido que sí.
-Grace acaba de preguntar si tienes novia- me comunicó, bajito, mi hermana.
-No, la verdad que no. –Justo en ese momento escuché el nombre de Miranda, no podía ser. Luego caí en la cuenta de que la mencionaban en televisión. Al ver mi cambio abrupto, los demás también se fijaron en el aparato.
-Y hoy queremos aprovechar para recordarles la vida ejemplar de esta chica. –decía la conductora, sentí que Olivia tomaba mi mano por debajo de la mesa y la apretaba con fuerza. –Una joven de dieciséis años -tenía diecisiete, la corregí en mi interior, con furia- que era amada por muchas personas. Había rodado más de treinta películas y ganado muchos premios. Propongo un minuto de silencio por Miranda Kane, hoy nos encontramos a un año de su muerte.  –las palabras se me clavaron como cuchillos, pero estaba tan sobrecogido que no podía sentir el dolor.
A continuación pasaban imágenes de su jet privado, despegando en la pista. Yo sabía con exactitud lo que había pasado después. El avión se había parado a mitad del vuelo y se había hundido entre las aguas. Miranda iba sola en él, con el piloto, claro. Le prometí que iría por ella cuando llegara a Londres… solo que jamás aterrizaron.
Sentí que una silla se corría y alguien se retiraba de la mesa. Era John, no podía soportar las imágenes. Miranda había sido su mejor amiga, casi una hermana. Por mi parte, estaba tan aturdido que no atinaba a nada y fue mucho peor cuando empezaron con las fotos de sus diversas entrevistas y premios, no podía soportarlo. Estábamos a 27 de Diciembre, el aniversario de muerte de la primera chica que había amado en mi vida. 

3 comentarios:

  1. todo este tiempo creí que habian termiando :mentira: he vivido engañada! U-U

    ResponderEliminar
  2. Ohgod... Por qué ser así con el inocente de Paul! Por qué? askjaksjlakja inocente... bueno, ustedes entinden. También Johnny u_u
    Miranda x2 x) (creo que soy la única que captó... o estoy más loca que las cabras de la escuela)
    Bien! Ahora viene lo emocionante waheeho! O quizás ni se entere... yo que se! Tengo que esperar al próximo. No que sí?? Of cohs que sí adadadadaddaaa
    Bellissimo Julii, cuéntanos maaaaaas :D

    ResponderEliminar