Capítulo 24 parte 2

Un año y medio en el futuro, Londres. 

Una vez en el interior, pude respirar tranquilo, por lo menos ya estaba en marcha. Pagué el boleto y me senté en un asiento doble que se encontraba vacío. Vaya suerte la de hoy. El sol entraba cálido a través del vidrio. Sopesé la posibilidad de dormitar un poco hasta mi parada. Me acomodé, cerré los ojos... y alguien cayó bruscamente a mi lado cuando el vehículo dio un sacudón. Los abrí. Tenía a una chica casi pegada en la cara. Sus ojos se clavaban en los míos a través de unos anteojos grandes y gruesos. El aumento hacía que se vieran aún en más detalle. Me separé de ella y me erguí. 

Era una muchacha rubia, aparentaba unos dieciséis, y parecía la típica nerd. No me quitaba la vista de encima. Comencé a sentirme incómodo. Acomodé mis lentes y me dispuse a observar por la ventanilla. 

-¿Pa-Paul McCartney? -preguntó medio tartamudeando y con un tono de voz agudo. Volví la vista hacia ella y vi su expresión de emoción. Reparé en su remera, la cual apenas se veía porque encima traía una campera. "The Beatles". Caí en la cuenta de que, si decía algo, estaba perdido.

-Sí, lo soy. -dije quitándome los lentes, como si eso lo comprobara- Te ruego no digas nada de que estoy aquí, por favor.-supliqué. Ella asintió. Me recordó a un perrito obediente. Algo parecido a un pudlle. 

-¿Podrías darme un autógrafo? -Sonaba tierna, incluso inofensiva. 

-Claro.-Contesté mientras ella sacaba un cuaderno y un bolígrafo, sonrió cuando se lo volví a entregar. El colectivo estacionó y abrió las puertas. Era mi parada. Me bajé despidiéndome con la mano de la muchacha. Ella tenía en su rostro una sonrisa de oreja a oreja. 

Comencé a hacer unos cuantos pasos por la acera con las manos arremetidas en los bolsillos. Hacía mucho frío, pero el sol inusual había derretido la nieve y ayudaba bastante. Continué avanzando y de pronto la vereda se llenó de chicas. Pestañe varias veces. Cada vez había más. La calle también se pobló y varias muchachas bajaban de los autos. 

Me preocupé, apreté el paso y bajé un poco la cabeza, para pasar más inadvertido. Llegué a una esquina y encontré todavía más mujeres. Fui algo más rápido. Estaba a unos cuantos metros de la cafetería...   

-¡Es él! ¡Paaaaaaaaaaaaaaul! -En cuanto tomé conciencia de lo que pasaba, maldije. A mí por venir solo y bien vestido, y a la chica porque seguro había dicho donde me encontraba.

Me puse a correr directamente, las chicas que tenía detrás también lo hicieron, las de los costados, la cuadra anterior y hasta las de enfrente. Era como una persecución a gran escala. 

Llegué sin aliento al Sturbucks, abrí la puerta y me colé. Me alegré al comprobar lo grande y repleto de gente que estaba. No me costó mucho divisar a Angie. También traía un gorro que la hacía ver adorable. Se encontraba tranquilamente sentada en un sillón leyendo un libro. Traía puesto unos pantalones ajustados de color gris oscuro con unas botas -de esas que parecen pantuflas- en un color rosa viejo. Arriba llevaba un suéter gris con campera de jean. Tan simple y tan hermosa. Después volví a la realidad cuando miré las ventanas y las descubrí repletas de fans impacientes que esperaban a que saliera.  Me quité el gorro y acomodé mi pelo. Para adelante, y luego hacia el costado. Sonreí. 

Me acerqué. Me senté en el mismo sillón y ella levantó la vista para ver quien importunaba su lectura. Cuando nuestros ojos se encontraron, frunció el seño. Amagó con levantarse, yo la tomé por la muñeca e hice que volviera a su lugar. 

-No eres Chio. -comentó, mirándome bastante feo. 

-Sí, lo se. Soy Paul. 

-¿Ella vendrá? 

-No lo creo... 

-Entonces me parece que me voy- intentó levantarse de nuevo. Otra vez no se lo permití. 

-Escucha, sé que por alguna extraña razón no te caigo bien, déjame compensarlo. -vi la duda en sus ojos claros, eso me complació. 

-No. -Era imposible que entendiera por qué  se portaba tan fría conmigo. Sin embargo, había algo en su expresión que me indicaba que ella no estaba siendo sincera. Dirigí otra mirada inquita a la ventana.  Angie lo notó y e hizo lo propio. Puso cara de pocos amigos. -Dime que no son tus fans. -¡Hey! Eso significaba que sí me conocía, digo, si sabía que era famoso... 

-Lo son. -la muchacha resopló visiblemente molesta, de pronto se me ocurrió una idea- Yo conozco una salida si te interesa abandonar el café antes de que entren. -Se mordió el labio inferior. ¿Indicaba eso que lo estaba considerando? 

-Si te pido que me la enseñes, ¿Me dejarás en paz? - agradecí haber tenido una mano detrás de mi espalda en ese momento. Crucé los dedos. 

-Por supuesto. -Me puse en pie y le tendí la mano. Angie la observó un momento y luego se paró solita. 

Giré y comencé a caminar hacia el mostrador. 

-¡Dave! -le dije al muchacho moreno que se situaba detrás. Tuve suerte de que se encontrara de turno. 

-¡Hermano! -respondió él, sonriente- ¿Qué te trae por aquí? -luego reparó en Angie. -Oh, ya veo. 

-No es lo que parece- se apresuró a aclarar ella. Aproveché que no estaba observándome para comunicarle a mi amigo que sí, Angie era lo que me traía por allí. 

-Necesitamos salir. Fans. -solo hicieron falta esas tres palabras. 

Cuando nadie estuvo observando, nos dejó pasar hacia el otro lado y nos condujo por una puerta. Atravesamos la cocina, (que parecía un horno gigante) luego algunas salas de servicio y al final terminamos frente a otra puerta. Era pequeña y blanca. Dave extrajo una llave de su bolsillo y la abrió. Daba a una calle casi desierta. 

-Gracias-musitamos Angie y yo al mismo tiempo. -Eres el mejor-agregué. 

-Me lo dicen mucho. -reí ante el comentario. -Ahora lárguense antes de que los encuentren. 

Siguiendo sus órdenes, salimos al exterior. La castaña se encaminó hacia la izquierda. Yo me situé a su lado. Apuró el paso y lo hice también. 

-Prometiste que me dejarías en paz. -dijo molesta.

-Sí, es verdad. -confirmé- y lo haré. Algún día… no es hoy. -Ella frenó la marcha y me miró incrédula- Crucé los dedos. -me encogí de hombros. Seguí caminando, ella se quedó un poco atrás. -¿No vienes?-luego solté una carcajada y sonreí realmente contento cuando se puso a mi lado.